Se nos ha ido , Antonio Vega : el cantante , el poeta . Se fue en silencio sin hacer ruido después de haber dejado su sello con grandes piezas musicales.
Antonio era un hombre tranquilo, solitario e intimista. El paso del tiempo le había dejado algo frágil y herido. Últimamente su cuerpo como una vela resistente no podia seguir el ritmo de los sueños. Él lo daba todo en sus canciones, con esas cuerdas privilegiadas, voz de ángel ronco y profunda que nunca olvidaremos. Sin duda era uno de los grandes, uno de los símbolos de los 80, capaz de convertir la poesía en música.Porque los buenos cantantes no son los que suena en los 40 principales o los que salen en las operaciones triunfo sino los que llegaron a crear himnos musicales de toda una generación.
Los que le seguíamos le vamos a echar de menos. Por eso escribo estas líneas apenado, desde la admiración y la ausencia.
viernes, 15 de mayo de 2009
lunes, 11 de mayo de 2009
Vamos a olvidarnos
Vamos a olvidarnos de la gripe porcina, de la crisis económica, del nuevo Gobierno Vasco, de la marcha de Ibarretxe, del cambio climático de la hipocresía del clero, de la injusticia de la justicia, de la pena que deja las pateras, de la inseguridad ciudadana, de la inquietud de los parados, de la tragedia de los malos tratos.
Dejemos también la operación bikini, las agencias de viaje, los balones de Nivea, los atascos de la autopista, las aceras rotas, las lagrimas de los cines, las reuniones con el vecino, los helados de la nevera, las canciones de Sabina, del olor que deja esta primavera.
Si dejemos al margen la rutina de nuestras ciudades, las aceras rotas, la cañería en el aire, las batallas internas, los paraísos desiertos, la calle abierta, los besos escondidos, la llama que enciende a los cuerpos alejados, la duda invertida, los abrigos bordados, la soledad del poeta, el lunar de su oreja, tu cuerpo desnudo cubierto entre mis brazos.
Vamos a olvidarnos de la tele idiota, de los supervivientes de las islas, de la vena de la Patiño, de la sonrisa de la Lasvignes, de los floripondios felices , del ruido que emiten los diarios, de la COPE sin Losantos, de la TDT de pago, de la ternura de tus labios.
Hoy hay que olvidarse de todo, hoy solamente importa una sola noticia, la de una ciudad repleta de banderas, la de un millón de personas pendientes de un partido de fútbol, la de la ilusión de todo un pueblo que va dejarse la piel para llevar en volandas a su equipo a conquistar una Copa .
Dejemos también la operación bikini, las agencias de viaje, los balones de Nivea, los atascos de la autopista, las aceras rotas, las lagrimas de los cines, las reuniones con el vecino, los helados de la nevera, las canciones de Sabina, del olor que deja esta primavera.
Si dejemos al margen la rutina de nuestras ciudades, las aceras rotas, la cañería en el aire, las batallas internas, los paraísos desiertos, la calle abierta, los besos escondidos, la llama que enciende a los cuerpos alejados, la duda invertida, los abrigos bordados, la soledad del poeta, el lunar de su oreja, tu cuerpo desnudo cubierto entre mis brazos.
Vamos a olvidarnos de la tele idiota, de los supervivientes de las islas, de la vena de la Patiño, de la sonrisa de la Lasvignes, de los floripondios felices , del ruido que emiten los diarios, de la COPE sin Losantos, de la TDT de pago, de la ternura de tus labios.
Hoy hay que olvidarse de todo, hoy solamente importa una sola noticia, la de una ciudad repleta de banderas, la de un millón de personas pendientes de un partido de fútbol, la de la ilusión de todo un pueblo que va dejarse la piel para llevar en volandas a su equipo a conquistar una Copa .
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